miércoles, 2 de diciembre de 2009

Hace ya un Diciembre en el 5

Mi Luna se quiebra entre remembranzas y ensoñaciones, cae cual lluvia de estrellas a este cuarteado piso en mi retorcida mente, que alberga constelaciones enteras de deseos estallados a una simple voz.
Con una madeja de recuerdos recoso las grietas de mi solitario presente, que esta envuelto con el alambre de tu fría huida y tus pocas palabras sinceras, acompañadas con el sutil y amargo sabor de una promesa rota y una entrega a desmedida de lo te has llevado eternamente.
Volveré a polvear y enmarañas las telarañas de lo que llaman corazón, lo lavare con agua de lagrimas y será vendado con ridículas palabras de aliento.
Bajo cadenas sellare la sombra de tu fantasma, enterrada a millones de pensamientos lejos de mi.
Ahora, el olvido, mi más grande monstro y fiel compañero de cabecera, que me aconsejas al oído borrar ese crudo nombre de mi boca, tu silueta de mis pupilas, tu aroma en mi piel y tu esencia de entre mis piernas.
Mi más doloroso reto, ya no pensar en ti.

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