14 –Ago – 09
Los recuerdos pequeños, esos diminutos, casi imperceptibles, lo que se mueren rápido; están todos o casi todos, hechos papel y tinta, hechos materia. Ahí están, así se quedaran. Es la necia enfermedad de reforzar los hilos que van por detrás, de no olvidar.
No hay mucho presente; no queda otra que voltear.
Ya llegan, ya llegaran, los nuevos, los pequeños niños a más hojas, a muchas más libretas.
Algunos preferimos vivir así, invadidos de recuerdos para no permitirle a la soledad que se instale.
Tú y tú, búsquense, seguro en alguna línea se encontrarán; descubran como los pude mirar.
Una vida, mi vida en papel.
martes, 18 de agosto de 2009
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